Hoy, 2 de abril, nos hemos reunimos en un espacio simbólico como son los jardines de la Diputación de Alicante para dar visibilidad al autismo, para recordar que las personas autistas están aquí, forman parte activa de nuestra sociedad y tienen derecho a ser escuchadas, respetadas y acompañadas a lo largo de toda su vida.
El manifiesto que hemos leído no es solo una declaración de principios, es una llamada urgente a la acción. Porque el autismo es tan diverso como infinitas son las personas que lo presentan. No podemos seguir abordándolo desde soluciones uniformes o generalistas. Necesitamos apoyos específicos, flexibles y adaptados a cada persona, en cada etapa vital, sin importar su nivel de apoyo, su contexto familiar o su lugar de residencia.
Se ha dicho alto y claro: la inclusión real pasa por garantizar recursos estables, sostenibles y de calidad. No podemos permitir que haya familias esperando meses —a veces años— para una atención que debería ser inmediata. No podemos seguir dependiendo del esfuerzo incansable de las familias y de los profesionales sin un compromiso firme de las administraciones.
Hoy, desde el movimiento asociativo, hemos reafirmado nuestra voluntad de seguir trabajando, pero también exigimos que quienes tienen capacidad de decisión asuman su responsabilidad. Queremos una Comunidad donde nacer autista no suponga estar en desventaja desde el primer día.
Gracias a todos los que nos habéis acompañado, a los medios por dar eco a este mensaje, y a la Diputación de Alicante que no ha abierto sus puertas y, sobre todo, su sensibilidad.
Hoy iluminamos de azul la Diputación, sí, pero sobre todo queremos iluminar conciencias.
