Noticias Científicas sobre el Autismo, Enero 2018.

La deficiencia de vitamina D al nacer aumenta el riesgo de autismo

El bajo nivel de vitamina D al nacer está relacionado con un mayor riesgo de trastornos del espectro del autismo (TEA) a la edad de tres años. El autor principal, el Dr. Yuan-Lin Zheng, dijo que el estado de vitamina D neonatal se asoció significativamente con el riesgo de TEA y discapacidad intelectual. Los investigadores analizaron 27.940 recién nacidos en China, donde 310 fueron diagnosticados con TEA a los tres años de edad, con una prevalencia de 1.11 por ciento.

Cuando los 310 niños con TEA se compararon con 1,240 participantes control, el riesgo de TEA aumentó significativamente en cada uno de los tres cuartiles inferiores del nivel de vitamina D al nacer, en comparación con el cuartil más alto: un mayor riesgo de TEA por 260 por ciento en el cuartil inferior, 150 por ciento en el segundo cuartil y 90 por ciento en el tercer cuartil. La investigación aparece en el Journal of Bone and Mineral Research . El diagnóstico de autismo y trastorno del espectro del autismo es clínico, es decir, se basa en los síntomas que muestra el niño. Las pruebas se realizan para descartar otras afecciones que pueden simular el autismo. Por ejemplo, los niños que tienen problemas de audición pueden mostrar síntomas similares al autismo, como no responder a su nombre, etc. Por lo tanto, se realizan pruebas para descartar problemas de audición. Se realizan pruebas de diagnóstico como MRI o pruebas genéticas para descartar otras afecciones que pueden causar autismo. Por ej. se sabe que el autismo coexiste en el síndrome X frágil o la esclerosis tuberosa. El autismo se puede diagnosticar en muchos casos a los 3 años de edad según los síntomas que muestra el niño. No hay cura para el autismo. Pero el diagnóstico temprano y la intervención temprana con terapias mejoran el resultado a largo plazo en el autismo. Las diversas terapias recomendadas son terapia ocupacional, terapia de comunicación y terapia conductual. Los medicamentos se usan para mejorar algunos de los síntomas como irritabilidad, hiperactividad y comportamiento agresivo cuando no responden a otras terapias.

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Revista Journal of Bone and Mineral Research

 

El intervalo entre embarazos influye sobre el riesgo de autismo

El tiempo transcurrido entre el nacimiento de un hijo y la concepción del siguiente influye en las probabilidades de que el segundo bebé sufra autismo, un riesgo que aumenta si han pasado menos de 18 meses o más de 60.

El intervalo de tiempo que transcurre entre un embarazo y el siguiente–que se conoce como intervalo intergenésico– podría influir sobre las probabilidades de que el hijo que nació en segundo lugar padezca algún trastorno del espectro del autismo (TEA), según revelan los resultados de una nueva investigación que se ha publicado en Autism Research.

En el estudio se analizaron los datos de aquellos hijos que habían nacido en segundo lugar o más, y la muestra incluyó a 356 niños que padecían algún trastorno del espectro del autismo, 627 menores que presentaban discapacidades del desarrollo, y un grupo de niños sanos que actuaron como control. De acuerdo con las conclusiones del trabajo, el riesgo de que el niño sufra autismo aumenta si la concepción se produjo menos de 18 meses tras el nacimiento de su hermano, pero las probabilidades de que el segundo hijo presente este tipo de trastornos también son mayores si sus progenitores han esperado 60 meses (cinco años) desde que nació su hijo para concebir al siguiente bebé.

En un estudio anterior del programa de investigación sobre el autismo de la división de investigación de Kaiser Permanente en Oakland (California, Estados Unidos), publicado en la edición impresa de Pediatrics en septiembre de 2015, y en el que se revisaron los historiales médicos de 45.000 niños nacidos en segundo lugar entre 2000 y 2009, ya se había observado que cuando el bebé era concebido menos de dos años o más de seis años después del nacimiento de su hermano, se incrementaba entre dos y tres veces el riesgo de que desarrollara un trastorno del espectro del autismo, en comparación con aquellos concebidos en un intervalo de entre 36 y 47 meses, siendo los intervalos de seis meses los que conllevaban un riesgo mayor.

Y en otros estudios, como el publicado en 2005 en Science Direct, también se advierte de las posibles complicaciones obstétricas y neonatales derivadas o bien de no esperar suficiente tiempo entre el parto y la siguiente gestación, o de esperar demasiado. De hecho, este trabajo muestra que un intervalo intergenésico inferior a 24 meses o superior a 49 meses se asocia con un aumento en el riesgo de sufrir este tipo de complicaciones, y establece que el tiempo óptimo para prevenir complicaciones maternofetales entre la finalización de un embarazo y el inicio del siguiente es de entre 25 y 48 meses.

Revista Autism Research

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Las tasas de autismo en EE. UU. quizá se estén estabilizando

Las tasas de autismo son mucho más altas de lo que se pensaba originalmente, pero podrían haberse estabilizado en los últimos años, sugiere un estudio reciente.

Se estima que un 2.41 por ciento de los niños de Estados Unidos tienen un trastorno del espectro del autismo, según un nuevo análisis de datos de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de EE. UU. El estimado anterior más reciente era de unas tasas de autismo del 1.47 por ciento en 2010, apuntaron los investigadores del nuevo estudio.

«La prevalencia del trastorno del espectro del autismo es mucho más alta de lo que se pensaba», comentó el autor principal, el Dr. Wei Bao, epidemiólogo en el Colegio de Salud Pública de la Universidad de Iowa.

Actualmente, los trastornos del espectro del autismo afectan a más o menos 1 de cada 41 niños, un aumento inmenso en el autismo respecto a décadas anteriores, señaló Bao.

«El autismo ya no es algo raro», dijo. «No es tan raro como 1 por cada 1,000, como era en los 70 y los 80. Con estos datos, podemos ver que ya está en 1 por cada 41. La prevalencia es mucho más alta de lo que se pensaba».

Pero la tasa de autismo podría haberse nivelado en los últimos años.

De 2014 a 2016, la tasa no experimentó un aumento estadísticamente significativo, según el nuevo estudio, publicado como carta de investigación en la edición del 2 de enero de la revista Journal of the American Medical Association.

«Tras muchos años de observar un aumento lento pero constante en la prevalencia de los trastornos del espectro del autismo, es alentador que los datos nacionales más recientes no encontraran ningún aumento en el periodo más reciente de tres años», dijo el Dr. Andrew Adesman, jefe de pediatría del desarrollo y conductual en el Centro Médico Pediátrico Cohen de Nueva York, en New Hyde Park.

«Aunque es alentador que la prevalencia de los trastornos del espectro del autismo no esté aumentando más, no comprendemos bien por qué la prevalencia aumentó en los años anteriores recientes, y sigue siendo preocupante que la prevalencia sea tan alta», dijo Adesman.

Bao cree que es demasiado pronto para alegrarse por la nivelación percibida en las tasas de autismo.

«Es un periodo de apenas tres años», advirtió. «Es difícil ver un gran aumento o reducción en apenas tres años. No es seguro concluir con firmeza si esto en realidad indica una estabilidad o no».

Los estimados anteriores del autismo dependían de la Red de Monitorización del Autismo y de las Discapacidades del Desarrollo, un grupo de programas financiado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. para dar seguimiento a las tasas de autismo.

Pero en su estudio, Bao y sus colaboradores analizaron en su lugar datos de la Encuesta nacional de entrevista de salud, una encuesta anual realizada por los NIH.

Los resultados de la encuesta indican que los intentos previos podrían haber reportado las tasas de autismo de forma insuficiente, señaló Bao.

Los expertos han planteado que el aumento en el autismo podría deberse a los nuevos criterios diagnósticos que ampliaron la definición de la afección. Por ejemplo, ahora se diagnostica un trastorno del espectro del autismo a los niños que tienen un síndrome de Asperger de alto funcionamiento.

Un estudio de 2015 publicado en la revista JAMA Pediatrics argumentó que casi dos tercios del aumento en el autismo en los niños daneses se podían atribuir a cambios en la forma en que se diagnostica y se da seguimiento al autismo.

Eso podría explicar parte del aumento, pero la mayoría de casos del trastorno del espectro del autismo siguen siendo niños diagnosticados con el autismo tradicional, dijo Bao.

«No creo que el cambio en los criterios diagnósticos pueda explicar del todo este tipo de aumento», añadió Bao. «Debe ser parte del motivo».

Los chicos son más propensos a tener autismo que las chicas, con un margen de 3 a 1, encontraron Bao y sus colaboradores. Nadie sabe el motivo, pero podría tener algo que ver con diferencias sexuales en la genética o las hormonas, dijo.

El nuevo estudio también encontró que los niños blancos y los negros son más propensos que los niños hispanos a ser diagnosticados con autismo. Una vez más, Bao dijo que no hay un motivo claro de a qué podría deberse.

Revista Journal of the American Medical Association

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