Noticias Científicas sobre el Autismo, Agosto 2016.

Un medicamento para la diabetes podría ayudar a los niños con autismo a combatir el exceso de peso

El aumento de peso es un efecto secundario de los antipsicóticos usados para tratar la irritabilidad y la agitación

La metformina, un medicamento para la diabetes, podría ayudar a los niños y adolescentes con autismo con sobrepeso a adelgazar, sugiere un estudio reciente.

El estudio incluyó a 60 personas con autismo de 6 a 17 años de edad. Los pacientes tenían sobrepeso debido a los efectos secundarios de tomar antipsicóticos para la irritabilidad y la agitación.

En el estudio, los participantes recibieron metformina o un placebo durante 16 semanas.

Los que recibieron metformina tuvieron reducciones mucho mayores en el índice de masa corporal (IMC) que los que tomaron el placebo, mostraron los hallazgos. El IMC es un estimado de la grasa corporal basado en la estatura y el peso.

«Nuestros resultados mostraron que ocurrieron efectos secundarios [gastrointestinales] durante más días en el grupo de metformina en comparación con el grupo del placebo, pero la gran mayoría de niños que tomaron metformina pudieron mantener el tratamiento. Algo importante es que la metformina no provocó cambios conductuales, como un aumento en la irritabilidad», señaló el investigador líder, Michael Aman, profesor retirado de psicología de la Universidad Estatal de Ohio, en Columbus, Ohio.

Los adolescentes con autismo son más propensos a tener sobrepeso que los que no sufren de trastornos del desarrollo. Pero ha habido pocos estudios sobre las formas de contrarrestar los aumentos en el peso, apuntaron los investigadores.

Además, las preferencias alimentarias de los niños y adolescentes con autismo empeoran los problemas de gestionar su peso, anotaron los autores del estudio.

«No es la cantidad que comen, sino los alimentos que toman como consecuencia de sus antojos y se vinculan con el aumento de peso», comentó Aman en un comunicado de prensa de la universidad.

Revista JAMA Psychiatry.

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Los niños expuestos a químicos organoclorados durante el embarazo tienen un 80% más de padecer autismo

Los niños nacidos tras haber sido expuestos a niveles altos de compuestos químicos ‘organoclorados’ durante el embarazo tienen un 80 por ciento más de posibilidades de desarrollar autismo, según un estudio publicado en la revista ‘ Environmental Health Perspectives’ y realizado por investigadores de la Universidad de Drexel.

Estos químicos fueron prohibidos en Estados Unidos en 1977, pero pueden permanecer en el medio ambiente y ser absorbidos en la grasa de los animales de los que se alimentan los seres humanos. Para realizar el estudio se analizó una muestra de 1.144 niños, nacidos en el sur de California entre 2000 y 2003, de ellos, 545 fueron diagnosticados con trastorno del espectro del autismo, 181 con discapacidad intelectual, pero sin diagnóstico de autismo, y 418 con diagnóstico de ninguno de ellos.

Los análisis de sangre que se tomaron a partir del segundo trimestre a las madres de los niños fueron utilizados para determinar el nivel de exposición a dos clases diferentes de productos químicos organoclorados: los ‘bifenilos policlorados’ (PCB, que se utilizan como lubricantes, refrigerantes y aislantes en productos de consumo y eléctricos) y los plaguicidas organoclorados (ACO, que incluyen productos químicos como el DDT).

«Los niveles de exposición a estos químicos han sido clave para la determinación del riesgo y se han encontrado un aumento en el riesgo para aquellas personas con un percentil de exposición mayor de 25 de estos compuestos», ha explicado el profesor asistente en la Universidad de Drexel, Kristen Lyall.

Además, los datos han revelado que los niveles altos de exposición a estos compuestos se han asociado a tener un 50 por ciento más de probabilidad de padecer la enfermedad.

En los niños que padecen discapacidad intelectual, pero no autismo, la mayor exposición a estos compuestos parecen duplicar el riesgo del diagnóstico en comparación con aquellos que lo que tienen una exposición menor.

«Los resultados sugieren que la exposición prenatal a estos productos químicos por encima de un cierto nivel puede influir en el desarrollo neurológico de un modo adverso», ha señalado Lyall.

Por último, ha proseguido, se necesitan más estudios sobre genética y mezclas de productos químicos para apoyar esta investigación del autismo.

Revista Environmental Health Perspectives

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Identifican nuevos genes ligados al autismo

Investigadores de la Universidad de Princeton y de la Fundación Simons han desarrollado un nuevo enfoque de aprendizaje que por primera vez al analizar todo el genoma humano consigue predecir qué genes pueden causar trastorno del espectro del autismo, elevando el número de genes que podrían estar vinculados a la enfermedad de 65 a 2.500.

Los trastornos del espectro del autismo (TEA) son un trastorno del neurodesarrollo en que el cerebro madura de forma anómala, desde etapas tan tempranas como la primera mitad del desarrollo intrauterino. Afecta a la capacidad de las personas para entender y manejarse en el mundo social.

Su desarrollo tiene una fuerte base genética pero hasta ahora sólo se habían localizado unos 65 genes relacionados con el desarrollo del de autismo, aunque los estimados mediante estudios de secuenciación señalaban que había entre 400 a 1.000. Debido a la complejidad de las diferentes formas de este trastorno, los estudios de secuenciación por si solos tienen pocas posibilidades de descubrir la base genética del autismo.

Los resultados de la investigación, que aparecerán en la revista ‘Nature Neuroscience’, muestran un nuevo enfoque para su estudio que podría elevar el número de genes implicados. Esto lo han conseguido mediante el uso de un mapa funcional del cerebro generado por la integración de miles de bases de datos genómicas.

El equipo dirigido por expertos de Princeton ha desarrollado un enfoque de aprendizaje con tecnología complementaria utilizando un mapa funcional del cerebro para proporcionar una predicción, teniendo en cuenta todo el genoma, de los genes de riesgo de autismo, incluyendo cientos de candidatos para las que existe una mínima o ninguna evidencia genética previa.

El nuevo enfoque fue validado en un estudio de casos y controles de secuenciación independiente. Los investigadores también construyeron una plataforma fácil de usar, instalada en el portal web interactivo (asd.princeton.edu), donde cualquier investigador biomédico o el médico pueden acceder e investigar los resultados del estudio.

«Nuestro trabajo es importante porque los genetistas pueden utilizar nuestras predicciones para dirigir los futuros estudios de secuenciación, lo que permite mucho más rápido y más barato el descubrimiento de genes de autismo», ha señalado el autor principal Arjun Krishnan.

«Los investigadores pueden utilizar nuestras predicciones para priorizar e interpretar los resultados de los estudios de secuenciación de todo el genoma de los TEA», añade.

El autor principal, Olga Troyanskaya , profesor de ciencias de la computación y la genómica en Princeton, afirma que el «trabajo describe la primera predicción de genes asociados con el trastorno del espectro del autismo a través de todo el genoma humano». «El método que hemos desarrollado puede, por primera vez, identificar TEA -asociado genes, incluso si no han sido previamente vinculado con el autismo», añade.

Revista Nature Neuroscience

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